FINALIZANDO NUESTRA ETAPA ESCOLAR
El colegio es como nuestro segundo hogar, en él aprendemos muchas cosas, conocemos a nuevas personas con las que compartimos muchos momentos inolvidables. Aveces al iniciar el colegio deseariamos que concluya el año escolar, pero cuando estamos cursando el último año escolar nos ponemos a recordar los inicios en donde eras nuevos y no conocíamos a nadie. Bueno en este momento tengo la oportunidad de escribir el discurso de despedida para poder compartir con ustedes y ver su opinion al respecto.
Buenos días señor director, profesores, padres de familia y compañeros todos
En primer lugar quisiera
agradecer a Dios por permitirme estar aquí con todos ustedes, es un honor
dirigirme ante todos en nombre de mis compañeros, ya que este día será un día para disfrutar, un día
que recodaremos con alegría en compañía de nuestros amigos, aquellos compañeros
que estuvieron con nosotros desde que iniciamos nuestra etapa escolar o tal vez
años después pero con quienes hemos compartido momentos felices, ratos de diversión,
de travesuras, juegos y momentos inolvidables. Hoy será un día incomparable en nuestra existencia pues
se marcara el final de una etapa y el inicio de otra nueva.
Ha llegado el momento de salir de nuestras aulas, aquellas que guardan el eco de nuestras risas, juegos, lágrimas, tristezas y alegrías, y así
mismo ha llegado el momento de despedirnos de nuestros profesores y profesoras,
que día a día luchaban por formarnos y prepararnos, pero no solo eso porque nos
dieron de todo, consejos, dinámicas, bromas, regaños y castigos, aunque la mayoría
de las veces nos merecíamos aquellos castigos por hacer bromas o bulla; Pero
sin embargo dejaron en nosotros buenos años de su vida, por eso y más
agradecemos y reconocemos su gran labor con nosotros.

Ahora me gustaría que miren a su
alrededor, los unos a los otros, y que se den cuenta que con cualquiera de
ellos tienen algún momento en donde hayan sonreído por su culpa o gracias a el
o ella, y recordarlos así con una sonrisa en su boca y sabiendo que esas
personas que están a tu lado han caminado contigo.
Tengo muchos recuerdos en mi
mente, que no me alcanzaría si lo escribiera, ni en toda la ciudad. Quisiera
dar gracias a los hermanos en forma muy especial por todo lo que nos dieron,
por las experiencias compartidas, experiencias de la misión, experiencias que
nos permitieron estar con nuestros compañeros, por los valores que nos inculcaron
en la fe, fraternidad y servicio; gracias a ello nos hemos formado, ahora somos
una familia, una comunidad, somos un legado de esperanza construyendo un mundo
diferente, y eso es lo que vamos a ser saliendo de aquí, construir un mundo
diferente, donde reine la paz y el amor, porque ese es el sello y la huella que
el Fe y Alegría n° 43 nos ha impregnado
a cada uno de nosotros. Estas personas que ven ahí con sus logros y con sus
desgracias, con sus gritos y risas, sus partidas de cartas y de ajedrez en el
aula, sus “quiero que ya acabe la hora”, estas personas han sido y son lo que
pueden ver aquí.

Es difícil despedirse de nuestro
segundo hogar, que por varios años se encargó de nuestra formación, sabemos que
lo que viene no será fácil pero nos entusiasma saber que siempre contaremos con
ustedes. Tal vez un GRACIAS no es suficiente para expresar lo que sentimos,
esta mezcla de sentimientos de tristeza, de felicidad y satisfacción al llegar
a la meta y tener que decir ADIOS a esta familia: Nuestra segunda familia!
Voy a acabar agradeciendo a todos
por escucharme, por su compañía y deseándoles muchas bendiciones y buenos
deseos para todos.
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